Cada hemisferio del cerebro desempeña un papel distinto pero complementario en el aprendizaje.
El hemisferio izquierdo es más eficiente para funciones temporo-secuenciales(lenguaje,escritura, información matemática, planificación, memoria verbal, razonamiento lógico…).
El hemisferio derecho es más eficiente en los procesos de construcción de pautas como tareas visuales y espaciales (habilidad artística, emociones; integra sonidos, imágenes, olores,sensaciones…; orientación espacial, creatividad, memoria visual, percepción…).
En la escuela, tradicionalmente, se ha dado más importancia al hemisferio izquierdo. Esto tiene que cambiar ya que son necesarias estrategias de aprendizaje que pongan en funcionamiento la interrelación de las potencialidades de ambos hemisferios.
Un ejemplo de la cooperación de los dos hemisferios cerebrales es la música.
El tratamiento de la información melódica y la regulación de las emociones y la expresión artística reside en el hemisferio derecho. El tratamiento secuencial y del ritmo y la ejecución musical predominan en el hemisferio izquierdo.
Por esto, los niños que practican música tienen una mejor función cerebral al llegar a la edad adulta, además de mejorar su estado de ánimo, su disciplina y rendimiento escolar.
Los niños que reciben entrenamiento musical tiene mejor percepción auditiva y más desarrollado el cerebelo, que es muy importante porque se encarga de la coordinación y el equilibrio.
La relación de la música con el lenguaje también es objeto de estudio, ya que ambos se procesan por los dos hemisferios del cerebro, por lo que surge un procesamiento compartido entre el lenguaje y la música a nivel conceptual.
La música ofrece un nuevo método de comunicación arraigado en emociones. Investigaciones muestran que lo que sentimos al escuchar una pieza musical, será muy similar a lo que lo siente el resto de gente que está en el mismo lugar escuchándola.
Por ello a través de la música pueden modularse el estado de ánimo e incluso la fisiología humana, más eficaz que el lenguaje verbal.
La música ayuda a la salud con el fin de mejorar, mantener o intentar recuperar el funcionamiento cognitivo, físico, emocional y social ya que activa casi todas las regiones del cerebro.
Un claro ejemplo es la musicoterapia, ya que se han observado importantes resultados en pacientes con diferentes trastornos (de movimiento, dificultad en el habla, neurológicos…)
Nuestros ancestros ya escuchaban música y se nutrían de sus beneficios sin saberlo. Está claro que nosotros seguiremos haciéndolo ya que somos lo que somos gracias a la música.
Fátima González Luna
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