La música es imprescindible en nuestra vida. Desde la antigüedad, ha ocupado un lugar importante en las diferentes culturas, que han expresado su arte mediante canciones acompañadas de diversos instrumentos. Múltiples estudios revelan correlaciones entre las habilidades musicales y los procesos lógico-matemáticos, desarrollo de las capacidades lingüísticas, desarrollo motriz, etc.
Si queremos enseñar una canción a nuestros alumnos, comenzaremos por aquellas que tengan un vocabulario sencillo, estén adecuadas a su edad, intereses y necesidades. Algunas orientaciones a la hora de enseñar una canción pueden ser las siguientes:
- Cantamos primero la canción completa para que los niños la escuchen.
- Si hay algunas palabras en la letra que no conocen comentaremos su significado.
- Para enseñar la letra repetiremos cada frase sin música, marcando el ritmo de la canción mediante palmas, los pies, etc hasta finalizar la canción.
- Le enseñaremos movimientos y gestos que acompañen la canción.
- Para que se familiaricen con ellos, podemos utilizar instrumentos musicales e instrumentos naturales.
Para trabajar el ritmo y los tonos es importante la percusión corporal como aplaudir, golpear con los pies… que pueden combinarse con instrumentos rítmicos.
Al escuchar diferentes instrumentos musicales, se produce un desarrollo auditivo, ya que logran discriminar sonidos, melodías, ritmos, tonos y armonías.
Los niños responden al lenguaje musical usando sus propios movimientos, por lo que al aprender el ritmo ganan recursos en su actividad motriz, identificando con el baile las diferentes partes de su cuerpo.
Podemos introducir instrumentos musicales de elaboración sencilla como por ejemplo maracas, palos de lluvia, panderetas,tambores… para que se familiaricen con ellos y con las propiedades de la música.
A continuación mostramos diversos ejemplos de cómo trabajar la percusión corporal y los instrumentos musicales en el aula.
Fátima González Luna
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